Riesgos de contraer fitopatógenos en el cultivo de melón si no se realiza un tutoreo adecuado.
Uno de los grandes temores tanto de un horticultor como de un agricultor es la infestación de plagas por insectos y por consiguiente, enfermedades relacionadas con fitopatógenos como son virus (que transmiten muchos insectos), hongos, nematodos o bacterias. Los fitopatógenos se vuelven una enorme complicación durante y después de la siembra principalmente de hortalizas como es el melón. Muchos de estos fitópatogenos pueden producir enormes pérdidas de cultivos si no se controla la plaga, lo que implica un incremento económico para implementar sistemas de manejo de plagas (pudiendo ser por control biológico o uso de insecticidas). Si la plaga no se controla corremos el riesgo de perder hasta un 80% de nuestro cultivo según el fitopatógeno y su abundancia. Es por este motivo que antes de enfrentarnos con una situación similar prevengamos el contagio con alguno de estos patógenos.
Hasta el momento los casos más comunes de enfermedades en cultivos se encuentran los hongos. Estos se reproducen fácilmente en ambientes con bastante humedad y su forma de contagio es a través de las esporas que se pueden dispersar por el viento, o inclusive por los mismos trabajadores que manipulan los cultivos a través de las podas, tutoreos y recolección de frutos continuamente tocando una planta enferma seguido de una sana. Entre las enfermedades producidas por hongos más conocidos se encuentra la Antracnosis que aparte de afectar hojas también puede llegar a afectar a los frutos.
En estos últimos, el hongo les ocasiona manchas circulares que varían de color claro a oscuro, donde termina secando el fruto por completo. También hay hongos como el oídio, mildiu, alternaría entre otros que atacan a los cultivos de melones, sin embargo estos se desarrollan más en estructuras vegetales como son las hojas y tallos.
A pesar de que no atacan al fruto directamente generan un estrés en la planta lo cual según estudios repercute en el tamaño y la calidad de este.
Otro tipo de estrés común es el estrés que se genera por el exceso de agua y más si este ocurre por encharcamientos de aguas negras. Por lo general estas aguas tienen un sinfín de bacterias fitopatógenas que pueden penetrar fácilmente por alguna de las heridas que presente la planta ocasionando marchitez y pudrición en tallos y finalmente en los frutos.
No obstante un tutoreo ideal es aquel que facilite la poda, la recolección de frutos, que sea un fuerte soporte para nuestro cultivo, pero sobre todo que mantenga alejado la mayor parte de las estructuras vegetales del suelo donde fácilmente pueden contraer fitopatógenos. Con el paso del tiempo y el incremento de cambios climáticos reflejado en las lluvias y ventarrones que aparecen sin preverse, es necesario estar prevenido siempre con una malla espaldera o malla para melones HORTOMALLAS para evitar el riesgo de encontrar continuamente nuestros cultivos como tomate, chiles, pepinos, entre otros, derrumbados a falta de un buen tutorado.
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